Fernando J. Herrera Ramírez / Director General


Desde niño me han gustado los deportes, practiqué moderadamente todos los llamados escolásticos, entre los cuales fueron el baloncesto, volibol, beisbol, tenis, montañismo, patinaje sobre ruedas y hielo, el  futbol realmente no me cautivó. En ellos siempre estuvo presente la bicicleta, el ciclismo de ruta, hasta que me accidenté. En la época de la universidad abandoné todos los deportes.

Cuando terminé mis estudios de administración y derecho, pasé por varias universidades del exterior para hacer cursos, pero realmente no eran de tanto interés los deportes.

En mis primeros años de trabajo, las ocupaciones me condujeron al sedentarismo que cumplió con su meta, empezaron los problemas de salud, la vida se redujo a muchas horas sentado, más la pésima comidas de los restaurantes.   

Un día en Cartagena, me pregunté qué estaba haciendo y a donde iría por ese camino sin algún deporte. Literalmente compré unas tijeras en el portal de la Plaza de la Aduana y corté con todas estas cosas, manejé el asunto  moderadamente.

Me convertí en pescador, encontré amigos con los que pescábamos en la modalidad de troliar, en alta mar, al frente de las Islas del Rosario. Consiste esta modalidad en buscar en alta mar los bancos  de diferentes peses, como bacalaos, sierras, pagos, meros…, reducir la velocidad de los motores de la lancha a la mínima, botar los anzuelos y esperar que piquen. La jornada puede ser de tres cuatro horas, es el lugar donde se escucha el silencio, donde la visión se pierde en el horizonte, no existe punto de referencia continental. Es el momento preciso  para dejar navegar la mente con libertad sobre todo lo que llegue a ella, es la máxima expresión de paz y libertad.

De niño siempre me gustaron las cometas, diseñé muchas, las volaba, ganaba concursos. Siempre imaginaba la  delicia estar allá en lo alto. De grande llegué al mundo del aire a volar en cometa, se hicieron realidad mis sueño de niño, volaba  sobre la sabana de Bogotá. Un día en San Juan de Puerto Rico, estando en la playa se me ocurrió volar en globos, pero no los había, al poco tiempo me encontré un compañero de colegio,  comentamos y nos metimos en este deporte, otro sueño que se realizó, fuimos pioneros en Colombia.

Pasó el momento del aire,  llegué a Chile, a Valle Nevado, conocí la nieve, luego fui en invierno a Innsbruck – Austria, posteriormente a  Sierra Nevada en España. Pensé que sería un deporte interesante, tuve la suerte de hacerme a la mejor compañía del momento que manejaba el marketing del ski de nieve en los Alpes Franceses. Con el patrocinio de esta organización y Air France me hice instructor de esquí recreativo, luego llegué a USA y creció la afición al punto tal que se volvió mi actividad principal hasta el 11.11, cree mi propia marca llamada Solnieve - solonieve, especializada en campos de esquí sobre la nieve, en el marketing de estos lugares de invierno y en la fabricación de trajes para esquiar, también pionero en Colombia.

Volví al ciclismo, pero ahora de montaña, fundé el grupo de ciclo montañistas llamado 
BiciBiela, también al atletismo, los práctico actualmente.

La experiencia de tantos años en  diferentes deportes me ensenó sobre la importancia de la actividad fisica, tanto para el cuerpo como para espiritud.